lunes, 19 de noviembre de 2012

FIESTAS PATRIAS DE CHILE



   Como siempre, llegando a tiempo para la fiesta. Nada más aterrizar en Santiago de Chile dieron comienzo las fiestas patrias, que son conocidas informalmente como el Dieciocho. 

   Es una festividad chilena realizada anualmente los días 18 y 19 de septiembre y se conmemora la formación de Chile como un Estado nación independiente de la Corona española. Así que estos españoles llegan justo a tiempo de celebrar la expulsión de aquellos otros antiguos "descubridores" de éstas tierras. La palabra "descubrimiento" por lo que hemos podido comprobar, escuece mucho por aquí y es lógico, como dice uno de nuestros recientes amigos "Qué descubrió Colón, si nosotros ya estábamos aquí. En todo caso, ustedes eran los que no lo sabían!!!".

   En la actualidad lo que se hace es resaltar las tradiciones y costumbres de Chile, lo que se llama la "chilenidad". Para eso el país se adorna entero con banderas chilenas, es espectacular, en todas las calles colocan las banderas igual que los adornos de navidad. Incluso hay una ley antigua, que no se ha querido derogar, que obliga a colgar la bandera nacional en todas las ventanas de Chile bajo pena de minuta, exactamente en la ventana o en la puerta del edificio con un mástil blanco. Por supuesto no te multan pero todo el mundo sigue la tradición. Da mucha envidia ver como la gente está orgullosa de su bandera sin connotaciones políticas, ni los perjuicios tan tontos que tenemos en España. Globos con los colores de la bandera, banderas en los coches, en los autobuses, en las ventanas... el país entero es un grito de ¡¡¡Viva Chile!!!.



   Las fiestas son muy populares. Se organizan por comunas (barrios), en cada una habilitan un parque con fondas (son chiringos con comida y bebida) y espectáculos tradicionales.




   Lo más repetido es la Cueca, el baile nacional chileno, una especie de danza de cortejo entre el "huaso" y la "china". Esto de la Cueca es lo más popular, tanto que en las empresas grandes se organizan clases de baile en horario laboral durante las fiestas patrias, ¿os imagináis bailando con los compañeros de trabajo una jota o una sardana antes de empezar a trabajar?. No, decididamente, para nosotros es bastante extraño, aunque es muy bonito porque es un baile de chicos y chacos, es decir, lo bailan madres con hijos, parejas de novios, abuelos y nietas... 



   También hay rodeos, que es una especie de toreo a caballo con vaquillas, los huasos (los vaqueros chilenos) intentan llevar a la vaca por un recorrido alrededor de la plaza. 






   Son típicas las jineteadas, que son lo que nosotros conocemos como rodeo, se intenta domar un caballo salvaje montándolo y dando saltos, eso sí que es espectacular. Aunque realmente nosotros no pudimos ver ninguna al completo, ya que aquel día el caballo se escapó, hiriendo a dos personas del público y se suspendieron los eventos del parque. Jejeje, nosotros acabamos refugiados en la grada más alta.

   Junto con el folclore hay que ponerse todo panzudo con unos choripanes (no hace falta traducción), anticuchos (pinchos de carne a la brasa) Sopaipilla (como una torteta de maíz y calabaza con kepchup y mostaza), asados (barbacoa), empanadas, cazuelas (guisos de carne), curanto (guiso de marisco y carne), charqui (como una carne seca de caballo horrorosa) ….. En resumen ponerte ciego de todo. (es curioso todas estas palabras me las reconoce todas el corrector ortográfico). A la zona más grande de restaurantes y mesas para comer se le llama La Piojera, tela con el nombrecito. Supongo que en honor del famoso local situado en el centro de Santiago y que uno no puede dejar de visitar para tomar un terremoto (más adelante os explico lo que es). Aquí se reúne lo mejor y lo peor de cada casa, políticos, actores, cantantes y obreros, coinciden en La Piojera. En un país que marca mucho los distintos estratos sociales, no deja de sorprenderme que sean capaces de juntarse después en un sitio con ese nombre para echar unos tragos...

   El capítulo de la bebida va aparte. En general el chileno de fiesta, bebe tanto o más que los españoles, bueno creo que más.

BEBIDAS TIPICAS:

- Pisco: Bebida nacional, destilado parecido al ron, pero de uva. Sabor dulzón pero de 40°. Tiene millones de combinaciones.
- Pisco Sour: pisco con zumo de lima y clara de huevo, muy bueno, se bebe como aperitivo (queridos amigos de la Peña Tío Roca, no se parece en nada a aquel que intentásteis hacer en nuestra fiesta de despedida, pero os queremos igualmente).


- Mango Sour: Igual pero con zumo de mango.
- Piscola: Pisco con coca cola, lo más bebido por la gente joven.
- Terremoto: Es de vino con azúcar, helado de piña y pisco o vodka, calienta que no veas y es súper dulce, una combinación fatal para el cuerpo. El primerizo cae a veces con un sólo vaso, grado 6 a 7 en la escala de Richter. Los decanos aguantan tres o cuatro sacudidas antes de comenzar a capitular.
- Replica: es lo mismo que lo anterior pero en trago más corto.
- Chicha: es un vino muy dulce también muy peleón. Me da dolor de cabeza sólo de pensar en él.
- Pipeño: Una especie de vino turbio dulzón que no es muy bueno, por cierto.
- Mistela: Un orujo con fruta, muy fuerte.
- Ruso Negro: esto es internacional pero se da mucho por aquí, es vodka con licor de café, más fuerte que la chucha… 

Y esto es todo amigos!!.

lunes, 5 de noviembre de 2012

DE LOS PIRINEOS A LOS ANDES

     El desafío más grande para ésta familia, nos llegó cuando a Sergio le propusieron en su trabajo que se trasladara a Chile. El trabajo iba a ser exactamente el mismo, pero 11.000 kilómetros más lejos de España y de nuestras familias y amigos.
     Ufff!!!, fue una difícil elección, pasamos unos días muy malos pero al final decidimos (porque creemos que era lo mejor para nosotros y las peques) que íbamos a embarcarnos en ésta aventura. ACEPTAMOS EL DESAFIO, como no cabía otra, porque así somos nosotros, valientes y aventureros, o inconscientes e impulsivos. ¿Quien sabe?. El tiempo lo dirá... El caso es que aquí estamos, en Santiago de Chile, "la capital", como dice Lara, de tanto que me ha oído explicárselo a todo el mundo.
     El viaje es larguísimo, un día entero viajando y el cuerpo no sabe ya si le toca dormir, comer o qué...Ya sólo quieres llegar.
     Salimos de la estación del Ave de Zaragoza a las 17,45 de la tarde, el viaje en el AVE es lo que menos costó. El tren es tan rápido que a lo que cierras los ojos ya estás en Madrid, además las peques iban de lo más entretenidas.¡¡Acabábamos de salir!!.



   Cuando llegamos a la estación de Atocha, nuestro siguiente objetivo era encontrar el autobús que nos llevaría al aeropuerto. ¡Qué emoción cuando las niñas encontraron la parada del autobús amarillo!!. Habíamos repasado con papá tantas veces las etapas del viaje, que cada una que se iba cumpliendo era como: ¡lo estamos haciendo bien!.
   Nos reunimos con el tío Dani en la estación, llegó a tiempo con nuestras maletas (probablemente por la cantidad de veces que le dije que lo mataría si no era puntual). Nos comimos con él nuestra última cena en España, ahora que lo pienso debí de comerme un buen plato de jamón serrano y no una hamburguesa del Mac Donalds, pero bueno...
   El viaje en avión se hace eterno, pero las chicas se portaron bien, durmieron casi 8 horas y el resto lo pasamos como pudimos viendo peliculas en la tablet, comiendo, paseando por el avión, jugando a las cartas... Hay tiempo para todo en 13 horas y media. Tuvimos un vuelo agradable porque dicen que al pasar Los Andes hay veces que hay muchas turbulencias, pero tuvimos suerte. Lara estaba asustadísima y me montó un pequeño pollo porque le daba miedo volar y cuando yo le decía que había volado muchas veces ya, ella insistía "¡¡¡¡¡¡¡¡  Pero era un bebé y ahora sí que me enteroooooo !!!!!!!!!". A mí me daba la risa, pobrecita, porque la última vez que voló tenía 4 años ¡¡cuánto tiempo ha pasado desde entonces que era un bebé!!, pero estaba realmente histérica. Cuando conseguí calmarla me explicó que tenía miedo de que una vez pasadas las montañas (que se ven perfectamente desde la ventanilla, con sus picos nevados y son enooooormes) el avión iba a caer en picado para aterrizar, porque al otro lado ya estaba Santiago. Pobrecita mía... aplaudió y todo cuando el piloto (según ella "es que conducía muy bien"), posó suavemente el avión en suelo chileno.
   Cuando vengáis a visitarnos a Santiago os explicaré todo el ritual que hay que hacer una vez que desciendes del avión. Sobre todo lo importante es no llevar nada de comida, madera o corcho en las maletas. Yo tuve que tirar a la basura un paquete de frutos secos salados que había comprado en Madrid, solo por ahorrarme el papeleo de meterlos al país, no os digo más. Pero la verdad es que se ve que con esto  han conseguido mantener ciertas enfermedades lejos de aquí y son muy estrictos.
   Cuando conseguimos salir con nuestras maletas a la sala de espera del aeropuerto, nos estaba esperando Sergio, apostado en la escalera para que no nos escapáramos. El reencuentro fue muy emocionante para todos la verdad, a nuestro alrededor la gente nos miraba, los cuatro abrazados y llorando como tontos. Nunca habíamos estado tanto tiempo separados y ahora al menos aunque lejos de casa, estamos los cuatro juntos de nuevo.
   Fuimos hablando sin parar por el camino, contándonos cosas él y nosotras a él para ponernos al día y a la vez nos fuimos dando cuenta de lo grande que es Santiago de Chile. Nos perdimos varias veces en el camino porque aunque te guíes con el gps del móvil las calles cambian de dirección según la franja horaria en la que te encuentres. Cualquier día se me lleva puesta el autobús, porque cuando bajas por la mañana los coches van hacia la derecha y cuando bajas por la tarde van hacia la izquierda. Os imagináis mirando el reloj antes de cruzar para ver si son las 9,58 o las 10,02 ???. Es un poco locura, pero también te acostumbras.


  Y ya estamos en Santiago, instaladas en nuestro nuevo hogar, al que vamos poniéndole nuestros lazos de color rosa poco a poco para hacerlo más nuestro, porque aunque sea temporal, cuanto más lo hacemos nuestro más a gusto nos sentimos.